– Aceite de Rosa Mosqueta: Es uno de los aceites vegetales más importantes para el cuidado de la piel. Presenta un elevado poder para tratar cicatrices, estrías y flacidez cutánea. Esto se debe gracias a su elevado contenido en ácidos grasos poliinsaturados, conteniendo hasta un 49% de ácido linoléico y un 34% de linolénico, relacionados directamente con la síntesis de colágeno. También es rico en vitaminas A, C y E.

– Aceite de almendras dulces: Aceite de origen natural que hidrata y nutre la piel intensamente. Es rico en ácidos grasos omega 6 y omega 9, vitaminas A, B, D, E, antioxidantes y minerales.

– Aceite de cereales (se obtiene del gérmen del maíz): Está compuesto por un alto contenido en Vitaminas E y F. Mejora la condición de hidratación natural de la piel, además de nutrirla y aportar suavidad. Su función principal es retrasar los signos del envejecimiento debido a su poder antioxidante.

– Aceite de Soja: Se obtiene directamente de las semillas de soja y tiene un alto contenido en vitaminas (A, B6, B12 y K), calcio, magnesio y potasio. Se le atribuyen funciones antioxidantes, hidratantes y reafirmantes. También actúa estimulando el proceso de regeneración celular. Penetra con facilidad en la epidermis y estimula la síntesis de colágeno, elastina y otras proteínas que ayudan a mantener la piel firme.

– Rosewood oil: Aceite vegetal conocido por su envolvente fragancia con aromas picantes y dulces.

– Vitamina A: Activo antiedad por excelencia que disminuye las arrugas, mejoran la textura de la piel, aumentan la síntesis de colágeno y elastina, renuevan la superficie de la piel y mejoran la función barrera.

– Vitamina E: Se utiliza en cosmética por sus propiedades antioxidantes y también actúa como agente acondicionador de la piel.

– Vitamina F: Compuesta por ácidos grasos imprescindibles (omega 3 y omega 6) que ayudan a restaurar la barrera natural de la piel y a conseguir una correcta hidratación y nutrición de la piel.